jueves, 20 de octubre de 2011

El destino del Sol: ¿Es también el nuestro?


          No será  un eclipse lo que al final se lleve el último rayo del Sol, esa estrella brillante que es capaz de sorprendernos tanto por su belleza como por su feroz violencia. Parece imposible de creer, pero el Sol no siempre estará allí. Al final, incluso el Sol debe morir.
El Sol tiene una cantidad limitada de combustible en su núcleo. La fusión sucede a una tasa que se puede calcular. Digamos que tenemos la tasa de uso combustible y sabemos la cantidad de combustible disponible; de esta forma con un simple cálculo sabremos cuando va a morir el Sol: aproximádamente 5 mil millones de años.
Desafortunadamente, el Sol no morirá con una gran explosión. Es demasiado pequeño para explotar en una supernova. No obstante, las estrellas tienen un comportamiento particular. Son una de las pocas cosas que se calientan para luego enfriarse. Al agotar su combustible de hidrógeno, nuestra estrella se enfriará y gradualmente colapsará bajo su propia fuerza de gravedad. La energía de este colapso calentará nuevamente el núcleo hasta alcanzar cientos de millones de grados, lo cual es suficientemente caliente para quemar el helio. Bajo el calentamiento extra por la combustión del helio, la estrella comenzará a expandirse lentamente hasta llegar a ser una orbe monstruosa llamada Gigante Roja.
Crecerá tanto, que absorberá las órbitas de  Mercurio, Venus y la Tierra. Es probable que la Tierra cambie ligeramente su órbita y que eso evite que el Sol la absorba. Sin embargo, con el calentamiento global, no quisiéramos estar ahí.
Al final, las capas exteriores de nuestro Sol serán tan inestables que se separarán y dispersarán por el espacio dejando atrás un núcleo del tamaño de la Tierra. Recuerda que la mayor parte del Sol se habrá reducido pasando de millones de kilómetros al tamaño de la Tierra, que es de un poco más de 9 mil kilómetros y medio de ancho. Nuestra otrora grandiosa estrella reducida a cenizas que se enfrían lentamente.
La vida como conocemos dejará de existir cuando muera el Sol. Todo esto representa malas noticias para la raza humana, pero, viendo el lado positivo, tenemos 5 mil millones de años para prepararnos para este desastre.